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qué manos sean estos caracteres?
Conra. Lo ignoro. ( oa¿¿ mirar al
puñal ni al escrito.)
Alber. Bien sé que esos inicuos tienen
agentes hasta en los consejos secretos
de los soberanos ; pero no temo
nada. ¿Con qué no presumes quién?
{vuelve ú enseñarle el puñal y el escrito
. )
Goma. No.
ESCENA II.
Dichos, y Beltran (fue entrega una
carta á /liberto.
Alber. ¿ De parte de quién es ?
■Beltr. No lo sé ; pero el que la trae,
tiene el mismo vestido que los que
usan los oficiales de vuestra guardia.
¿líber. Sin duda será noticia de algún
{abriendo la carta.) nuevo descubrimiento
sobre lo que hablamos.
«Alberto, quieres {leyendo.) ven-
*°gar á Edmundo: sabe pues que ese
51 malvado ha sufrido el castigo, por
"haber envenenado al marido de la
,,0ue iba á ser bu muger ; si insistes
"en tu idea , prepárate a esperimen-
*»tar la misma suerte." {queda confuso
. )
Co/z/u. Ya veis....
Albor, ¡Qué insolencia! ¡Amenazarme
de esta suerte ! Vés y conduce á
mi {á Beltran. ) vista al que re ha
entregado este pliego, {vate Alberto
y Bertrán.)
ESCENA UÍ;
ado sni,j viéndoles marcha/'.
C'jrira. \\*i>'
¡Tú Sfyne..^lfe j"sto y magnánimo!
tu cora*©- Sln ít"mor Cíl Iffipuléó (,°
gai0 á en 1' 'V "V° ' -v° rne ve0 ob,i"
píritu nlii ****** al mio! l*9-* es"
8ÍeSo i?0, e,iem¡KO de mi soledad
» ". JO á eiltr:,r en una so-
hombre ÍU? Wrible ! fí,^caba en ella
8Íno ase.-"UISt°.8"'" LV n° he ha,1*do
á Que vTi! u-* ****** obligarme
4 ^ tmbUn lo sea.... Alguno
se presenta á las (suenan trompetas
dentro.) puertas del palacio.... ¡Quiza
será la víctima! ¡Ola!
ESCENA IV.
Conrado y Beltran.
Conra. ¿Está tu señora en su cuarto?
Beltr. En él la dejé hace un momento.
Conra. Üila que la espero aquí , que
necesito hablarla sin tardanza, (vuse
Beltran.) Yo eludiré sus inicuas designios
.
ESCENA V.
Conrado , Matilde y Adolfo.
Matil. ¿Qué me quieres amado Conrado
?
Conra. Mi querida hermana , mi Matilde
, ( inquieto.) te ruego por todo
el cariño que me profesas , que no
te apartes de esta sala. El concer-
ge de palacio ha hecho la señal acostumbrada
cuando llega algún caminante
. Manda , dispon cuanto juzgues
oportuno para su obsequio.....
Yo no puedo recibir hoy á nadie.
{vase á su gabinete.)
ESCENA VI.
Matilde y Adolfo.
Matil. ¿Qué querrá decir esto? ¿por
qué desea estar solo ? sus miradas
inciertas, su voz alterada.... sin duda
tiene algún pesar....
Aíii lf. Ya sé lo que lo causa.
Matil. ¿Qué?
Adolf. Porque me lo han dicho algunos
criados. Sabed pues, que hace
tres noches se observa un terrible
cometa que dirige su cola acia este
palacio : su cabeza parece estar compuesta
de flechas y espadas de fuego
.... También dicen que se han oído
en los ayres muchos gemidos, en.
fin....
Matil, ¿Y de eso qué infieren?
Adolf. Infieren que quiere decir g'-er-
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