http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/jueces1820/0023
T8
asesinos! este proceder me avergüenza
.... Pero dime , no lo ocultes: di-
me sin tardanza , qué camino ha tomado
?
Conra. El tortuoso que conduce á (como
dudoso.) Monte negro.
Motil. Ese camino tan horroroso....
cercado de peñas y de precipicios ?
Nada importa , vamos.
Adolf. Yo también os seguiré madre
mia.
Motil' Sí hijo mió , sigue mis pasos :
ya no tengo otro consuelo que tu
compañía.
Bert. Por Dios os pido señora que os
detengáis, y que reflexionéis lo peligroso
de vuestra resolución.... tan
tarde.... en una noche tan oscura....
por caminos solitarios....
Matil» Ningún peligro podrá detenerme
: solo quiero ver á mi esposo.
Bert. Una noticia horrorosa se ha dicho
en palacio.
Matil. ¿Qué noticia? esplícate.
Conra. ¿ Qué irá á decir ? ( aparte. )
Bert. Parece que han encontrado á un
hombre muerto á estocadas.
Matil. ¿ Cuándo?
Bert. lla.ee pocos momentos.
Matil. ¿ Dónde ?
Bert. Entre los peñascos que hay á la
entrada de esa misma cordillera de
que habláis.
Matil. Ya oiste que dice, (d Conrado.)
Conra. Nada comprendo... (tnuy turbado
.) ; Qué suplicio es el mió huyamos
{aparte.) de su vista, (quiere
irse.)
Matil. Deteneos. ¿ A dónde está Hermand
? (deteniéndole con viveza.)
¿qué habéis hecho de mi esposo? No
me separaré de vuestro lado mientras
no me tranquilicéis. ; Ah í ya
veo á su esclarecido protector. ( deja
á Conrado y corre á Alberto.)
Conra. ¡ Qué haré ! qué será de mí!
ESCENA V.
Dichos y Alberto.
Alber. Matilde Conrado , amigos ,
acaba de -cometerse un nuevo asesinato
en las inmediaciones del palacio
. ; y ¿será posible que viendo tan
frecuentes iniquidades no os unáis
á mí para castigarlas? ¿Dónde está
Hermand ?
Conra. Ha salido de palacio, (en tono
sombrío.)
Matil. Durante mi ausencia.
Alber. ¿Por qué causa se lo habéis
permitido ?
Conra. ¿Podia yo acaso impedírselo?
Matil. Hermand ha salido de palacio y
han encontrado muerto á un hombre
en estas cercanías..... Por Dios te
ruego hermano mío....
Adolf. [Amparadnos querido tío!
Alber. Muy estraño es vuestro silencio
: ¿parece que eotais turbado? (á
Conrado.)
Matil. ¿Has sabido quién era ese desdichado
? (á Bertha.)
Bert. Se ignora su nombre , señora,
pero sí be de formar juicio por las
señas que me han dado , no dudaré
que sea el pasagero que habéis hospedado
esta noche, y que hablaba
con vos no hace mucho.
Matil. ;E1 pasagero! ¡Dios eterno!
era mi esposo, (cae en los brazos de
Bertha.)
Alber. ¡Hermand! (admirad).)
Bert. Tranquilizaos , señora : no puede
ser vuestro esposo ese desgraciado
, pues todos aseguran que vieron
salir á este de palacio en compañía
del señor Barón.
Matil. ¡ Acompañado de mi hermano !
¿será posible ?( se levanta con prontitud
.)
Alber. Responded.
Matil. ¡Calíais! ¿Qué agitación es la
vuestra? flempo es de que acaben
tantas dudas.... Ya no reparo en nada
. De vos reclamo la persona de m»
esposo.
Adolf. Sí, dadnos á mi padre.
Alber. Yo también reclamo á mi amigo
. Corramos todos en su busca, Dfl
perdamos un tiempo tan precioso./
Matil. Adolfo, Bertha, marchemos: e}
cielo nos guiará: hermano mió, evitemos
ti es posible alguna desgracia*
http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/jueces1820/0023