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ESCENA I.
Habrá un profundo silencio y después
dice el presidente que t* ti
número i.
¿V.° i. El reloj ha ámáo las doce. Estamos
reunidos en número de siete.
En consecuencia se halla ya forffia*
do el tribunal. ( Los' jueces se sientan
y los guardias se formón en las
escaleras dj.nde permanecerán.)
N.° a. Jueces francos que me oís : en
el nombre de aquel á quien representáis
, jurad sobre este libro, y
sobre est:i espada, que guíáJoa «nl-
camente por la equidad m is kiiléosi-
ble no mancharéis con ninguna pailón
los augustos deberes que vais á
cumplir.
Todos. Lo juramos, (levantan la mano.)
iV.° i. ¿Qué causa os reúne aquí?
•N.0 a. La obediencia.
N.° ti ¿Cuál es nuestro deber?
iV.° a. Ser justos.
7V.° i. ¿ En qué es(riba nuestra fuerza?
JV.° 2. En le unión.
N.° i. ¿Y nuestro juramento?
2V.° a. En el secreto.
i. ¿Qué castigo sufre el perjuro?
Todos. La muerte, (cada juez saca un
puñal y le pone sobre el pecho del
que está á su lado.)
1. ¿Qué obgeio tienen nuestras
tareas?
2. La felicidad de
nes futuras.
i. En conformidad de cuanto he
preguntado , y se me ha respondido,
no olvidéis jamas que ni el amor, ni
la amistad, ni el agradecimiento, ni
la sensibilidad deben ocupar nuestro
P«cho , y tí, desaparecer de entre
nosotros ; pues todas esas debilidades
, todos esos lazos que encadenan
los corazones de los mortales han de
íer despreciados, paraque ocupe solo
su lugar ka mus austera equidad.
Recoged vuestro espíritu, pues va
á empezarse la grande obra. (abre
el libro y lee.) Conrado de Turin-
gia está cilado ante este tribunal.
(Sale un empleado del tribunal y
dice : )
Emplea. Ahí fuera se halla Conrado,
y pide se le permita presentarse,
i. Oue entre.
iV.° i. Que entre.... (váse el empleado
. ) Jueces francos : el que vais á
ver ha ocupado una de estas sillas:
si fuese culpable, no: olvidéis que
debe ser egemplar su castigo.
ESCENA II.
Dichos , y Conrado conducido por
empleado.
N. i. ¿Cómo os llamáis?
Conra. Conrado de Turingia.
el
Cuál es vuestro rango?
las generacio-
Conra. El de barón del sanio imperio
que también fué miembro de ese tribunal
.
N.° [. ¿Qué pretendéis?
Conra. Defender mi inocencia , y volver
á ocupar mi silla.
¿V.° i. Ya está dignamente ocupada.
Justificaos del crimen de que se oí
acusa , ó se borrará vuestro nombre
del libro de los vivien-tes.
Conra. ¿De qué se me acusa?
A'.° r. líe desobediente y de perjuro.
Conra. ¿Quién es mi acusador? (se le
vantan todos menos el número 7.)
N.° 1. ¡Qué miro! ¡hay entre nosotros
defensores de la iniquidad!
iV.° 7. Si todos le acusamos, ¿quién
será nuestro juez ?
Conra. Esta voz no me es desconocida.
( aparte y admirado.)
N.° 1. Hermand de Arlolf fué condenado
por el tribunal , y la ejecución
de la sentencia se confirió á este acusado
. Pudo y debió quitarle la vida:
no lo ha hecho , pues todavía ecsis-
te Hermand; jueces francos, ¿cómo
llamáis á este crimen ?
N.° a. Desobediencia.
N.° 1. ¿Qué castigo merece?
Todos. La muerte.
iV.° 1. Ya oís lo que opina el tribunal
. ¿ Qué tenéis que esponer?
Corfra. Que es demasiado justo este tribunal
, para castigar errores, y para
armar lazos á los acusados.
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