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iV.° r. ;Armar lazos á los acusados!
¿ qué decís ?
Conra. Toda la Alemania sabe Lis relaciones
de parentezco , de amistad , y
de reconocimiento que me unen á
Hermand , y á pesar de esto , á mí
solo se me comisionó para asesinarle
! ¿ Res^onledme jueces , ¿ por qué
me prefiristeis á tantos emisarios que
os obedecen ciegamente , y que no
le hallan con Hermand tan comprometidos
como yo?
IV.° i. Disteis vuestra palabra , y debisteis
cumplirla.
Conra. La he cumplido. Hermand era
mi huésped , y le he arrojado de mi
casa : confiaba en mi ausilio , se fiaba
de mi persona , y le he asesiua-
. do. Tres veces cayó mi espada sobre
su cabeza. En vista de tal proceder,
¿quién de vosotros se atreverá á acusarme
de desobediente?
N.° i. Yo. Hermand estaba sentenciado
á muerte , y para cumplir esta
-sentencia os había elegido el tribu-
, nal.
Conra. ¿Sabia yo acaso que llevaba desde
que estuvo en Palestina , una
cruz de yerro debajo de su gorra.y
que por esa precaución se libertaria
de mi acero?
JV.° a. ¿ Por qué no le habéis muerto
luego que volvió á vuestro palacio ?
Conra. ¿Rabia de ser dos veces su verdugo
? Se ¡s quien fueses ó juez que
así me reconvienes , permite que te
diga (con energía.) que tales espresiones
son mas propias de un hombre
sanguinario , que de quien está
destinado á desempeñar las augustas
funciones de tan alto ministerio.
i*V.° i. ¿Qué profieres temerario?
Conra. Lo que me dicta la pureza de
mi corazón : ella me asegura que
Hermand es inocente.
jV.° f. ¡íaocenie! ¡y no ha comparecido
ante el tribunal habiéndole citado
tres veces !
Conra. Léjos de su patria por espacio
de tantos años , ¿ podría acaso conocer
los estatutos de la corporación,
ni el lugar en que os reuníais ? Repito
que Hermand es inocente , J
ofrezco mi persona por garante de
esta verdad , mientras se hacen estas
averiguaciones oportunas.
N.° i. No tiene el tribunal necesidad
de garantías : su poder se estiende
por todas las partes del globo. Llevad
fuera á Conrado, (hace señas á
los guardias y le llevan.)
ESCENA IH.
Dichos , menos Conrado.
N.° t. Sentenciad, (toma la espada f
dice á los jueces.)
Todos. Que muera Conrado. ( con vehe-
tnencia menos el número p.)
A'.° 7. Yo le absuelvo: cumplió su juramento
, obedeció la orden del tribunal
habiendo herido á su amigo»
á su hermano , á su huésped : nadi^
puede manifestar mayor sumisión *
la ley. Si la casualidad ha libertad^
al reo , no puede ser responsable
ejecutor.
N.° a. El reo vive , y yo pido—
N.° j. ¿ Qué intentáis pedir ? vuestr'
dictamen es injusto. El reo mas cr1'
minal queda libre cuando un
imprevisto le ha libertado del sup'1'
rio. ¿Y sí remos nosotros los únic°5
que proce Jamos contra una costal"
bre tan humana y tan just.i ? PeflíJ
de otra manera es acre litarse
asesinos , y convertirse en tigrá*"'
ESCENA IV.
Dichos , un guardia y luego Bertol^
Guardia. Un emisario del tribuí»'1' f.
de que se le de audiencia ; y u^
que su mensage es de la mayo'' 1
portancia. . ¡:
N.° 1. Que llegue ( Bcrtoldo ¿Va
la escalera de la izquierda
que el guardia le avisa). Hab
Bertol. Obedezo U
N.° 1. ¿Qué orden tenias¿
Bertol. La de citar ante vos a
do de Turíngia.
O*
N
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