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Ue Don Antonio Martínez.
pues te dexó la hermosura.
Duq. En tan peligrosa acción ¡
tu heroyca SÍngre acredito.
£«d. L<M que por ti solicito
dichosos peligros son.
Duq. Vuelve tu por mi decoro.
Lud. Uso mi esfuerzo pretende.
Duq. Muera el traidor que me ofende.
Luá. Y viva el dueño que adoro.
Duq. El fin de las fiestas, ya
parece que se previene,
¿«d Un tropel de gente viene.
L>nq, Pues acertado será,
que de aquí nos retiremos.
Luá. í ra.r veo un hombre armado,
que de la plaza han sacado.
l'anse , y salga delante VergamascOj qne
levantará el paño^ y después e* hombros
de tres , ó quairo compañeros > T'0sO
armado de estafermo , con penacho ridi-
tumbra, y Flor*
í'erg. Si sale vivo miremos.
Flor. Será la postrera prueba:
no hay dolor qu« al mió iguale.
ivo sale, vivo sale.
yerg. Fuen suceso. Flor, Mala nueva,
*'erg. Ya de tanto encuentro esquivo
con vida salido habéis.
•*hs. Llegad todos. Flor. Que queréis?
* ir*. Qu,> miren bien si estoy vivo;
hasta que escampe, de aquí
no he de salw , juro á Christo.
^erg' Hui-s llueve ahora?
Tirs. Yo b< visto
llover lanzas S'.bre mi.
Traidor, tu me has s ntcnciado,
i bien librar , a uu bragucroj
tu me recibiste entero,
y tu me Vuelves quebrado.
flor. Qui n te m tió en riesgos tales?
7*<Vx. Yo de figura vestido,
4e muchachos perseguido,
y armado al son de atabales.
El pueblo cruél , apenas
cargado de armas me vio,
quando otra carga me dio;
pero fue de berengenas.
Viendo que apreté á correr,
me asió la civil canalla,
sacándome en la batalla
un ojo. Perg. No puede ser.
Flor. Qué apoyes tan gran quimera 1
Sacanle a la punta del tablado,y miranle
muy bien.
Tirs. Como al tiempo que me asieron,
Jas calzas se me cayeron,
me echaron el ojo fuera :
apretóme su porfía,
y con perdón de las fiestas:::
i^/or.Qué hiciste?7"irí.Lcs cebe acuestas
el gasto del mediodía;
hicieronme ultrages fieros,
y por mal que lo pase
con los picaros, me fue
peor con los caballeros.
Este sale, aquél se queda,
qual en mi quiebra su lanza,
qual me yerra , qual me alcanza,
uno corre , y otro rueda.
Quebraron, con varios modos,
sus lanzas un M¡lañes,
un K< mano , un Genoves,
y este quebró mas que todos.
Después de aquesta carrera,
vi venir, como un león,
un cabalUro capón,
y me espanté que viniera.
De una ti\ca me valia,
pues quando el golpe llegaba, .
en el pulpito que estaba,
al punto me zambullía-
Y después de los regalos
de legumbres, y caseotes,
molido de recios botes,
muerto á lanzadas, y á palos;
y al fin , con tan mala paga,
U i tuc
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