http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/matos1796/0008
De Don Juan
de pensar que lo era yo,
como fué milagro nuevo
encenderme vos los ojos
con un rayo de los vuestros.
Salisteis á hacer ía cuenta,
como quien tiene el gobierno
de esta casa , sin hermano,
con un guardapies honesto,
dorado el color con plata,
la pritinilla cubriendo
solo el pecho , temerosa
de tocar la nieve al cuello,
recien puesta la camisa,
me pareció á los almendros,
que en esos montes florecen
quando entra de paz Febrero.
Yo triste, á ver enseñado
carbón , quédeme suspenso
de ver tanta nieve junta,
no habiendo entrado el Invierno.
Quando haciades la cuenta,
estaba entre mí diciendo,
troquemos nieve á carbón,
divino monte de Venus.
Oyólo Amor , y tomando
una pella de los pechos,
tiróme al alma ( ¡ ó milagro!)
que encendió con nieve el fuego,
flechas de nieve tiramos
á un corazón Carbonero:
¡ qué victoria ! ¿ mas qué digo?
¿qué mas heróyeos trofeos,
que hacer que un rudo Villano
levantase el pensamiento
á un Angel , y conociese
de Amor los altos mysterios?
Desde entonces , por no daros
fastidio con largos cuentos,
(que han de oir los cuentos largos,
ó caminantes , ó presos)
ha sido mi vida estar
entre el Cielo , y el Infierno*
el Infierno si no os via,
y el Cielo, en llegando á veros.
Con el zapato de vaca
llegaba á la puente , y luego
el de cordobán pulido
calzaba á mis pies groseros.
Quíteme el cuello colchado,
compre cortesanos cuellos,
Matos Fragoso. 3
no por pareceros bien,
que bien estaba yo cierto,
que no reparaba el Sol
en átomos tan pequeños;
pero por honrar , señora,
vuestro gran merecimiento,
por disculparle conmigo,
siquiera de haberme muerto.
¡ Qué lágrimas no he llorado
en esos montes , haciendo
responder á mis suspiros
los páxaros , y los ecos!
Muchas veces he querido
matarme, no porque os quiero,
mas porque siendo quien soy
tuve tal atrevimiento.
Como yo no sé escribir
vuestro nombre , tengo llenos
los blancos olmos del Tajo
por cifra del nombre vuestro
de Flores mal retratadas,
así la vida entretengo.
Traycndoos la liebre viva,
la fruta del verde almendro,
las truchas de los arroyos,
y los panales cubiertos
de rosas , las blancas natas,
el vino oloroso , el queso,
y tal vez os he traido,
ved qué rudo Poli femó,
que en un libro lo he leido,
que aunque muy obscuro , entiendo»
lo que habia de decir,
mi) 110 que lo dice el verso
que los osos presentaban
á Galatéa pequeños;
y así , yo los he traido
la vez que me parecieron
en los rústicos donayres,
y en los groseros pellejos:
¿ pero cómo de contaros,
señora , no me avergüenzo
tan atrevidas pasiones,
como gloriosos tormentos?
Hago fin con advertiros;
que de hoy para siempre os pierdo,
pues no es justo veros mas
sabiendo mi atrevimiento.
Juana. Lorenzo , yo os pregunté,
no ha sido la culpa vuestra,
A 2 pe-
http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/matos1796/0008