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De Don Juan
que el color á" todas priva,
en que la hermosura estriva,
¿cómo puedo estár hermosa?
Luc. Mucho del color te agradas,
y no es cosa de matar;
yo he visto á muchos penar
por mugcres opiladas.
Si fuera hombre } sus desdenes
adorára y sus querellas,
y me anduviera tras ellas,
Juana. Lucía , mal gusto tienes,
graciosa has estado. Luc. Pero
dexando esto aparte yo,
no dirás ¿ qué te pasó
con Lorenzo el Carbonero ?
Juana. He sabido, si te agrada,
aquí para entre las dos,
que se me inclina, Luc. Por Dios,
que te hallas acomodada:
no son sus designios malos;
¿ que has de hacer si persevera?
Juana. Yo reírme. Luc. Mejor fuera
hacerle moler á palos,
porque vaya el picaron
en su oficio á trabajar.
Juana. Yo á nadie puedo quitar
que me tenga inclinado^,
y de eso haga chanza ahora:
mas dexando aquesto á un lado,
has visto con el cuidado
que me sirve y enamora
Don Pedro de Vargas ? Luc. Puedo
decirte sin interés,
que ese Caballero es
de lo mejor de Toledo :
y si servirte desea,
¿quién por mas galán merece?
Juana. Si á mí no me lo parece,
¿ que importará que lo sea?
a Flaadcs me voy comenta
solo por estar sin él.
Luc. En rin , el Barón Roscl
es el dtclioso. Juana. Que sienta
no extrañes casarme ahora
con un no.nbre , que á mi gusto
no se si será. Luc. Del guoto
saldrás en Flaudcs , señora.
Juana. Oye.
Hablan aparte ¡as dos , y salen Martin
y Lorenzo de ¿aja.
Matos Fragoso. 9
Mari. Señor, vive Dios,
que aunque somos dos patanes,
que venimos mas galanes,
que Gcrineldos los dos :
bien haya, amen, el bolsillo,
que en fin nos ha remediado.
Lor. Pues todavia ha quedado,
Martin , algún dinerillo.
Mart. ¿Y la sortija? Lor. Aquí está
en el dedo. Mart. Bien , á fó j
dexame reír. Lor. ¿ De qué .?
Mart. De ver las vueltas que da
este mundo. Lor. Majadero,
¿ con qué tu discurso topa ?
Mart. Ayer eras poca ropa,
y hoy pareces Caballero.
Lor. Aguarda, Martin ( ¡qué veo!)
¿ es verdad , Cielos divinos ?
¿no es Doña J\i2in¿\?Juana. ¡Ay, Lucía 1
¿no es Lorenzo aquel que miro?
¿ Lorenzo? Lor. Señora mía,
no en vano el alma me dixo,
que saliese al campo , y no
en vano está tan florido:
porque alentándole vos
con vuestros ojos divinos,
y pisándole , volvéis
la campiña en Paraíso.
Ya por lo ménos , señora,
. Lorenzo mejor vestido
está de lo que solía;
ya por vos me determino
á colgar de mi esperanza
el grosero capotillo.
Ya por vos me voy. Juana. Lorenzo,
yo os agradezco , y estimo
la voluntad que mostráis
tenerme, y ahora os digo,
que la palabra que os di,
desde aquí os la revalido
de esperar tres años : Cielos, ap>-
¿qué tiene este hombre consigo,
que el corazón se alborota
de verle ? Lor. A esos pies rendido
otra vez os lo agradezco.
Luc. Y usted, señor Monacillo,
es Carbonero también ?
Mart. Pico mas alto. Luc. ¡O qué lindo!
por lo dicho y alegado,
pajrecc usté un gran pollino.
B Mari.
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