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Lorenzo me llamo , y
de un General me la pongo
por norte de mi esperanza,
que á sombra de Vuecelencia
no hay quien no la tenga.
Ponesé la Vanda.
Marq. Basta*
Lorenzo Flores , llegad
á mis brazos , que esta hazaña
no la consiguió jamas Abrázale.
Griega , ni Romana espada:
comadme solo el suceso*
que os empeño mi palabra
de premiar vuestro valor.
JLor. Si Vuecelencia me ampara,
no he menester mas fortuna
para volver á mi patria
venturoso , siendo en ella
asombro de las extrañas.
Salió el Exérato juntó
del enemigo á campaña
á entrar socorro en Duren*
que fortalecida estaba.
Ln bien formadas hileras
venia al son de las caxas
todo lo noble , y florido
de la juventud lozana.
A Monsieur de Xatelet
su General acompaña,
que con arrogancia loca
presuntuosa animaba
á los que al compás del bronce
iban siguiendo la marcha.
Venia el bravo Olandés
sobre Un peñasco con alma,
bruto Alemán, tan sobeibio,
qüe á la máquina Troyana
hurtó la robusta forma,
siendo racional muralla.
Salimos á recibirle
de la línea mil Corazas,
y otros tantos Españoles:
desigual número á tanta
multitud de armadas huestes,
que de nueve mil pasaban,
Despreciáronnos por pocos,
mas fué taii fuerte la carga
que le dimos , que al estruendo
de la artillería , y balas
se estremecieron los montes,
y el Sol se cubrió la cara.
Carbonero de Toledo.
Tocáron toda la noche
nuestros Quarteles al arma:
vivanderos , y bagages,
que por todo el campo estaban
recogiendo sus haciendas,
huyeron para aguardarlas
á nuestros alojamientos,
que los que del golfo nadan,
el saber guardar la ropa
fué siempre la mejor gala.
Imaginó el enemigo,
que esto era huir , y en voz alta,
los Españoles no huyen,
dice , pica , sigue , abanza,
y quando mas orgullosos
haiiar en fuga pensaban
á los Españoles viendo
su resistencia , se espantan,
y engañados, y confusos
se turban, y desbaratan:
tanto en las graves empresas
puede el no considerarlas;
y dando sobre ellos juntos,
fué de manera la carga,
que huyeron , y la victoria
se declaró por España.
Allí Don Luis de Toledo
mi Capitán , cara á cara
al Batallón de la Corte
le acomete -, y le desarma,
si bien le costó los dientes,
donde le puso una bala
silencio á sü lengua noble,
pero no á la de su fama;
mas bastaba ser Toledo
para una acción tan bizarra,
cuyo tronco esclarecido
lleva trofeos por armas.
Yo entonces , viéndole herido,
bien como piedra arrojada,
que en el cristalino golfo
forma cerúleas de plata,
y va ensanchando las ondas
todo aquel tiempo que baxa:
ó bien como el duro acero,
que las espigas doradas
derriba::: ¿'pero qué digo?
perdonad , si en mis hazañas
quise hablar para obligaros,
que me iba en ellas un alma.
si
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