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22 Lorenzo me llamo \ ¿
es este de los Pañeros!
¡que lindo toro ! es un rayo.
Salen el Man ques, el Barón }y Soldados*
Mar.]. Brava defensa me han hécfaoj
pero por vida del Rey,
que hasta ponerle ea el suelo
no he de quitarme las armas.
Barón. Ganado el Castillo, es cierto,
invictísimo señor,
que Duren quede por nuestro.
Marq. ¿Quién será aquel Español^
que entre las almenas puesto
parte del muro rompido
le ha derribado , y le ha muerto?
Barón. El polvo , fagina y piedra
le habrá servido de entierro.
Por Un despeñadero bax.i rodando Lor.
con dos Estandartes, y por otra parte sale
O. Juan con espada y rodela.
Marq. Redando, y aun casi vivo
viene á nuestros pies su cuerpo.
JLcr. Pues que liego á vuestros pies,
invicto señor , no quiero
mas premio , que haber llegado
á rendir mi vida en ellos:
tomad estos Estandartes,
¡si no trofeos, efectos
de un hombre desesperado.
Jd.trq. ¿Quién eres , Aquiles nuevo?
quién eres heróyeo joven?
Juan. Mi Alférez , señor, que pienso '
que perdéis en él un hombre,
que no salió de Toledo
á Flandes mejor espada.
Marq. Pésame , y mas quando llego
á pensar el desafio
en que nombrado le tengo:
puse en sü espada el honor
de España , aunque FilibertO,
y Fafcon son dos Soldados
de la opinión que sabemos}
suceda Flores á Flores:
vos , Don Juan:::
Lor. Señor, teneos, levantase.
que aun vive Lorenzo Flores,
y aunque mas justo derecho
tiene aquí mi Capitán,
á cuyos merecimientos
rindo mi espada y honor,
bien sabéis que fui el primero
• Carbonero de Toledo.
nombrado por vos. Juan. Alférez,
yo vuestra vida deseo,
no quiero mayor honor.
Marq. D. Juan, quitarle no puedo
á Flores lo que ie di,
y ahora honrarle pretendo
con darle la Compañía
de Don íñigo Pacheco,
que está vaca. Lor. Gran señor:::
Marq. Señor Capitán Lorenzo,
nada me digáis ahora,
id á descansad , que luego
trataremos de amansar
los enemigos soberbios.
Vanse, y quedan Lorenzo , y Martin.
Mart. Pues ácia ia casería
á descansar vamos , quiero
darte el parabién. Ljr. Martin,
¿de qué me sirven los puestos,
si con ellos no consigo
el logro de mis intentos?
Si mi esperanza ( ¡ay de mí!)
se desvaneció en el viento,
¿pata qué quiero la dicha,
si ia dicha no apetezco?
Pero quando para un triste
llego la fortuna á tiempo?
Mart. Y cómo que á tiempo liega
si me escuchas. Lor-. Ya te atiendo,
porque siempre qUe camino,
con oírte me divierto.
Mart. Apenas de Doña Juana
te despediste gimiendo,
quando dentro de un instante
Lucía , que es el correo
de ia estafeta de amor,
me vino á bascar , diciendo,
que á un sarao que se hacia
esta noche en su aposento,
te hallases sin duda alguna,
que tendría gusto de eso
la señora Doña Juana;
por señas , que de su pelo
te envía un tazo de cintas
con que adornes el sombrero
p;ira poder conocerte,
por ser uso en los festejos
el entrar con mascarillas.
Lor. Motivo de sus desprecios
quiere que sea mi amor;
da-
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