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i6 Lorenzo me llamo, y
dar las Damas un abrazo
al Caballero que intenta
favor para el desafio,
Teod. Pues yo , que ya de Flamenca
me paso á ser Española,
razón es que lo parezca;
mis brazos os doy tambien?
y porque la color sea
de estas plumas esperanzas,
por favor las llevad puestas,
Lor. Yo lo estimo: á Dios, señoras.Vase.
Juana. Mi vida en la tuya llevas. ¿ij?.
Teod. El Cielo os haga dichoso.
Mari. Y ella no me dá , doncella,
siquiera un abrazo solo
como su ama? Lite. Tente , bestia.
Mart. ¿ Pues por qué no ?
Lúe. Aquí entra un cuento.
Venia un hombre de fuera,
y un perrillo que tenia,
comenzándole á hacer fiestas,
en los hombros le saltaba;
estaba un pollino cerca,
y tuvo envidia del perro,
y de la misma manera
quiso alhagar á su amo,
y poniéndose en dos piernas,
le derribó una quijada:
saca tú la conseqüencia.
Mart. ¿Según eso , vengo á ser
el pollino , y tú la perra ,?
pues dame una mano blanca,
Li c. Tampoco. Mart.Datas una trenza:
Luc. Mucho ménos.
Mart. Dame un guante.
Lúe. Si tú , Martin , no peleas,
\ para qué quieres favores ?
Mart. Para ser hombre de prendas.
Luc. Ay , ¡ qué Lacayo de Flores !
Mart. Ay , ¡qué Fregona de perlas! Vas.
Teod. Di lo que te habló de mí.
Juana. Fino, Teodora, se muestra;
pero vive temeroso
de que tu hermano no quiera
venir en el casamiento.
Teod. ¿Pues no podrá con cautela
decir , que soy ya su esposa?
Juana. A mucho riesgo se empeña,
por ser tan grau Caballero
el Barón.
Carbonero de Toledo,
Teod. Si tú quisieras:::-
Luc. Ya escampa y llovían ladrillos.
Juana. ¡ Ay, Lucía , yo estoy muerta!
porque en su amor no prosiga,
valdráme aquí la cautela.
¿No fuera mejor , Teodora,
que amor , que tan mal empleas,
le lograse otro sugeto
mas digno de tu nobleza.?
Tus altivos pensamientos
¿ de quando acá se sujetan
á humildes desigualdades,
quando de ilustre te precias?
¿Los bizarros explendores
de tu sangre á una materia
de inferior fortuna habían
de rendir la fortaleza?
¿Tú, por un capricho vano,
que Amor dibuja en tu idea,
habías de aventurar
de tu opinión la firmeza?
Ahora bien , Teodora , á mí,
como quien tu bien desea,
me toca desengañarte.
Teod. Como amiga me aconsejas:
¿ qué enmudeces? Juana. Digo , pues,
que viene.á ser vana empresa
para tu afición Lorenzo,
que es mucha la diferencia
de los dos, y no conviene,
que tu opinión obscurezcas.
Teod. En un hombre de valor,
y de tanta fama y prendas,
¿ qué defecto puede haber,
para que capaz no sea
de mi atención? Juana. Es un pobre
Labrador. Teod. Acá en la guerra
no se repara en linages;
porque quien mejor pelea,
es solamente el mas noble,
y el ser Labrador no es mengua,
que á tan honesto exercicio
nunca el honor se le niega.
Juana. No sé qué has visto en Lorenzo,
para que tanto le quieras.
Teod. Su valor , su talle y brio,
su discreción y modestia.
Juana. ¿ Y si hubiese hecho carbón
en un monte de su tierra?
Teod. No sé lo que te responda,
ya
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