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Celim. Y mi «poso?
Primero. Hizo prodigios
de valor; mas cuanto ha hecho
fue inútil, porque ai fin...
Celima. Qué? {con mucho deseo.')
Primero. Vive , señora.
Celima. Ah ! qué peso
has quitado de mi alma!
Prosigue. Primer. El mayor esfuerzo
de Alamír, primer teniente
de Almanzor, contra el supremo
Abucar se dirigía ;
pero vuestro esposo, haciendo
su retirada, ayudado
de algunos pocos giferreros
que le seguimos, mostró
á ios contrarios perversos,
que respiraba aun en él
el enemigo mas iiero
de los barbaros Zegries.
Ceiima. Y dónde estás
Primero. Disponiendo
Jo conveniente quedó
en los muros de este pueblo
y á mi me mandó venir
á anunciaros un suceso
que no tema valor
para decíroslo él mesmo.
Celima. Yo corro á encontrarle: vamos
hijos míos. Primer. Señora, vedlo.
Sale Abucar y algums guerreros por
la galería y aquel abraza á Celima, y
la mira ¿olorosamente: los demás se
abrazan con los que entrón en la,
escena. Pausa.
Abuc. Desgraciada esposa!
Celima. Esposo! Niños. Padre 1
Celima. Los cielos
t¿ conservaron la vida,
y de este favor inmenso
le damos gracias: no importa
todo lo demás. Abuc. Es cierto;
mas yo disfruto este bien
para mayor sentimiento.
Oh vosotros, habitantes
de Cártama , cuyos pechos
atravesaran dolores
incomprensibles, recuerdos
lastimosos y pesares
i sin fin , juntos lloremos
Zegries y Abencerrages.
el sacrificio inhumano
de vuestros padres, de vuestros
hijos, de nuestros valientes
amigos, muertos al hierro
de la traición y el engaño.
Ellos son dignos objetos
de nuestro dolor. Celima
amada, vé ante tí el resto
miserable de la tribu
valerosa , que ayer mesmo
celebraba la victoria,
y creyó que sus efectos
fuesen una paz, que ha tanto
que desean nuestros pechos.
Celim. Si Alá permitió que tú
fueses vencido, ha dispuesto
también dejarte la vida
para que nunca sujetos
sean los Abencerrages.
Abuc. Ah, Celima 1 Y yo qué puedo
contra enemigos triunfantes
y poderosos? Celima. Vencerlos,
y abatirlos. Abuc. Cómo? Celim. Si:
ios Zegries satisfechos
de nuestra total ruina,
y creyéndonos dispuestos
á rendir bajo su yugo
nuestros desgraciados cuellos, •
vendrán á Cártama altivos
á completar sus deseos,
y en Car.tama encontrarán
su sepulcro y su escarmiento.
Situada sobre una roca
inaccesible , teniendo
profundos fosos , estando
habitada por docientos
Abencerrages, que aun pueden
combatir, el vencimiento
es seguro. Abuc. Cuál te engaña,
Celima mía, el deseol
Cerno podrás guarnecer
las murallas , y los puestos
de defensa , con tan corto
número? Celim. Cómo? añadiendo
el valor de las mugeres,
de los niños, de los viejos,
de todos cuantos respiren
en Cártama , defendiendo
sus hogares, cada uno
«erá un héroe: ocuparemos
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