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• Los moros
que quería con violencia
otra vez en sus entrañas
ocultarlo: llanto, penas,
confusión: en vano puede»
los esposos contenerlas
ni consolarlas : cual huye
de todos con la presteza
del rayo: cual se prepara
á defender la inocencia
«Je sus hijos , y á su espalda
los coloca: cual en tierra
gimiendo cae abrazada
á los suyos.... Ah! mi lengua
no puede pintar la horrible
situación en que se encuentra
Cártama. Y yo he de ignorar
mas la causa que fomenta
tales efectos ? Ah! no:
dímela, y con ella aleja
de mi alma las infaustas
sospechas que la rodean.
Abuc. No es tiempo ya de ocultarte
la verdad, como lo era
no ha un instante: tu pretendes
oiría? pues oye, y tiembla.
No encontrando en el consejo
medio alguno da defensa
para librar á Cártama
de la situación funesta
an que se mira, acudimos
al postrer recurso... Cel. Qué era?
Abuc. Hemos creído que el clamor
de los niños, su inocencia
y su candor, moverán
Ja compasión y clemencia
de Almanzor. Celimjt. Y bien!
Abuc. Para ello
hemos dispuesto que fueran
los hijos.... Celim. De quién?
•Abuc De seis
fe'nilias, las mas excelsas
de la tribu. Cel. Mas los nuestros
no irán? Abuc. También.
Celim. Tal propuesta
no seria admitida. Abuc. Si:
y en este instante se aprestan
todos á marchar: el toque
del clarin hará la seña
de reunión. Celim. Y es posible
que tu mismo condesciendas
1 Granada, 17
á tal inhumanidad?
Quién fue el monstruo que una ¡des
tan horrorosa dictó?
Quién fue la bárbara fiera
que tal produjo? Ah! yo
aseguro que ni era
ni ha sido padre jamás;
que jamás de la terneza
paternal gozó; que nunca
conoció las alhasüeñas
sensaciones del amor
filial... no te detengas,
Abucar; dime quién tué
el que tan feroz empresa
lia podido proponer,
para que yo el placer tenga
de odiarle , y de maldecirle
mil y mil veces: qué esperas?
Quién ha sido? Abucar. Yo.
Celima. Tú? un padre! (pausa.)
qué horror! {cubriéndose el rostro.)
Abuc. No, Celima bella,
me culpes: yo he padecido,
y padezco mas que piensas
en admitirle! mas cuando
toda esperanzá se aleja,
cuando peligran las vidas ,
de tantos, debe el que reina
buscar la salud de todos
por cuantos medios sugiera
la razón, sin acordarse*
en ocasión tan extrema
de que es esposo ni padre.
Celima. Ni padre? pues qué pudiera
olvidarse? Abuc. Sí: primero
que yo esposo y padre fuera,
fui Abencerrage , y leal,
y como tal , mi primera
obligación fue ser noble,
y buen patricio. Celim. Y qué esperas
de tal resolución? Abuc. Si,
como juzgo , su inocencia
y su candor, la piedad
de los Zegries fomenta,
y de s\j cólera airada
hoy Cártama se liberta,
qué placer para tí misma
no será ver á la vuelta
de tus hijos , conmoverse
de gozo , besar sus tiernas
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