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Los moros ele Granada9
en él. Tora Bien, mas que pretendes su proceder me arrebata
a7
con e^o? Alí Seguir la marcha
con vosotros, y quedarme,
viviendo alií, hasta que naga
á mi padre que os perdone.
A'man. Qué escucho!
Celin. Ved ahí el alma
de un hijo de Almanzor.
Celima. Cielos
qué heroicidad! Alí. Qué te paras?
piensas que no soy capaz
de cumplir mi palabra?
Zéra. No; pero... como...
Alí. Mas sea
con la condición jurada,
de que daño no me harán
los Abencerrages. 'Lora. Nada
tienes que temer s yo misma
' te defenderé si tratan
de ofenderte: alií mi padre
Abucat es el que manda,
y es tan bueno... Cómo había
de permitir que trauian
mal al que vuelve sus hijos
á su seno?... mas me para
y me detiene el pensar
como es posible que salgas
tú de este campo* AU. Muy fácil:
la tropa está acostumbrada
á verme correr de dia
y noche las avanzadas,
y así nadie me detiene:
ademas , sabe que me ama
tanto mi padre , que dice
a todos, que la privanza
de Roabdii', sus riquezas
y bonuics los despreciara,
Si a su hijo le quitasen
del lado: por etta causa
ninguno se opone á cuanto
quicio hacer; cuando mi falta
se note, y mi padre sepa
que estoy con vosotros, nada
le detendrá, y al momento
os librará ; mas palabra
me daréis también , que al punto
me volvereis sin tardanza
á sus brazos, que no quiero
que el hacer yo tan humana
acción le cueste á mi padre
ni una lágrima. Ce tima. Me pasma
SU Kiolucion. (ap.) Alman. Celin,
á estrecharle entré mis brazos
mil y mil veces. Celin. £1 alma
tengo llena de alegría,
señor. Alí. Vamos, á qué aguardas?
partid pues.
Sale Celima. No , deteneos.
Áií.Qué es aquesto? me escuchabas?
Celima. Sí, príncipe, y yo no puedo
permitir el que se haga
lo que has propuesto , y si insistes
en ello , voy sin tardanza
á decírselo á Almanzor.
Alí. Y quien eres tu que tratas
impedirlo? Celima. Uno que fuera
criminal si lo aprobara.
Tú mismo has manifestado
no querer que esta accicn haga
á ru padre derramar
lágrimas, y no reparas
en entregarte al poder
de los que él mira y dcplart
por sus mayores conttarios?
Cuándo sepa que te hallas
entre ellos , la sola idea
de que pjdrán en venganza
de tantas persecuciones
darte ¡a muerte , no basta
á causar la suya? Sí:
yo sé bien cuanto se aman
los hijos, no quiero á un padre
cual el tuyo, tan amarga
situación hacer sufrir.
No , buen príncipe, separa
de tu corazón :ensible
una acción tan arriesgada:
no le prives de que vea
en tí un hijo , cuya alma'
magnánima y generosa,
merecerá la alabanza
del universo. Nosotros
te juramos que grabada
para siempre qu
edará
en nuestros pechos , la grata
memoria de tus virtudes
hasta la muerte: á Cártama
partiremos , y constantes
sufriremos las desgracias,
los horrores y la muerte,
con la inmutable constancia
de Abencerrages; y asi
tampoco datemos cansí
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