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Quién ha osado denigrarla
tan injustamente? Celima, Yo.
Descubriéndose y quitando el disfraz.
La propia que íue la causa
de tu odio: no lo iludes,
Celima misma te habla,
y justifica los hechos
inhumanos que á mi patria
y á los mios has causado.
Alamír. Celima! Alman. Celima!
Alamír: Oh rabia!
Zora. Sí, no lo dudéis, mi madre
es la que miráis. Alman. Abraza
á tus hijos, y recibe
la satisfacción mas grata
que darte puedo. Celin,
escoltado de mi guardia
conduce luego á Alamír
á una prisión ; porque vaya
después de justificados
sus crímenes, á Granada
á recibir el castigo
que merezcan. Celin. Confianza
ten , principe , en que sabré
cumplir con lo que me encargas.
Ven Alamír. Alamí. Con quitarme
la vida yo antes que parta,
evitaré que se puedan
vengar los que lo anhelaban.
Vase con Celin y guardias.
Sale Ornar. Príncipe, una multitud
de
muger.es á la entrada
del campo licencia pide
para (legar á tus plantas,
>' acariciar á sus hijos;
y mas lejos se adelantan
algunos Abencerrages
á quien en persona manda
Aburar, según demuestran
las insignias que su guardia
tremola. Alman. Corred al punto
á su encuentro, y no se haga
olensa alguna : que lleguen
todos á mi tienda, (vase Ornar.)
Celima. Cuántas
y.¡acias, valiente Almanzor,
te podremos dar, que paga
sean de los beneficios
que nos hace?? Alman. Bien pagada
queda mi justicia, solo
en hacerla.
IMN DE LA
29
Una multitud de moras salen por el
pie de la montaña: cada una busca
y reconoce á su hijo, lo mismo hacen
los niños, hasta que se encuentran
y se abrazan, formando diversos
grupos.
Moras. Hijos del alma. (Pausa.)
Sale Ornar , á quien sigue Abucar y
algunos Abencerrages: seis de estos
abrazan á los niños. Abucar liega
á Almanzor, se abrazan , y besan
los hombros izquierdos.
Ornar. Abucar llega. Abuc. Paz.
Almanzor. Paz,
no lo dudéis: las desgracias
que he causado á vuestra tribu,
procuraré repararlas
toda mi vida. Imitad
mi egemplo, Zegries. Abraza,
Abucar, segunda vez
á Almanzor, y esta alianza
sea eterna entre las tribus,
que no ha un instante se odiaban.
Los Abencerrages y Zegries se abra-
zan, sus hijos y mugeres los rodeanf
resultando muchos grupos.
Querido AIí, amable Zora,
vosotros de esta alianza
firmareis todos los pactos
que deberán cimentarla.
Iremos á la mezquita
después, y daremos gracias
al dios de nuestro profeta,
porque su protección santa
nos iluminó el camino
de la virtud, que se hallaba
con nuestras enemistades
y odios, cubierto de pardas
y densas tinieblas. Abuc. Si,
Almanzor: y pues Granada
y España toda, admiró
nuestro encono, nuestra saña,
y enemistad , vea ahora
con nuestro egemplo, que nada
hace mas feliz al hombre
cuando en el mundo se halla,
que vivir sin enemigos,
en tranquila paz y larga,
siguiendo de la virtud
la senda apacible y grata.
COMEDIA.
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