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Siempre triunfe
Moni. Una vez libre,
pues en vuestra mano misma
se os pone vuestro destino,
dexad q¡ c ladre la envidia
mientias triunfáis de la suerte.
Avil. ¿Y vos executariais
lo que aconsejáis ?
Mond. Adonde
de un modo ú otro peligrar»
vida y opinio; , sin duda.
Avi!. Pero en caso que yo elija
ese recurso , mi esposa
triste , infeliz, afligida,
sin saber á que destino
me conducen mis desdichas,
¿que hará í ¡oh D¡os I ¿qué será
de ellti
Mond. Yo me encargo de asistirle,
y en averiguando el rumbo
que elige vuestra osadía
se remitir.! á su patria,
ó donde gus'.e cllamismi.
Avil. Pues bien, Señor, me abandono
á la suerte, y repetidas
veces os beso las plantas
por piedad tan excesiva;
pero permitidme que antes
de mi esposa me despida.
Al ex. No. Avila porque el secreto
acaso peligraría.
Poned freno á una pasión
que aunque inocente y sencilla,
donde la fama se arriesga
parece injusta c indigna.
Mondt igon, practicad luego
1 las providencial que exija
el éxito deseado.
Que s«i fuga no se impida
si por desgracia le encuentran
en el campo ias partidas
avanz id. s íi otras tropas.
Escmhad vos.
Avu. Mi alma cifra
en vuestra voz mi consuelo.
Alex, i Sois noble ?
-¿vil. B¡eu lo publican
rcus obf s, aunq e hoy parezcan
obscuia» y envilecida*.
A/ex. ¿Sois üsp.ñolí
A»U. fcn Toledo
tuve*cuna esclarecida.
Ale*, Acivditad uno y otro,
la Inocencia, 2$
ú no volváis á mi vista,
porque si después- os hallo
con las feñas denegridas
de una tr.iycion declarada
y una intime cobardía, .
desconoceré en su objeto
la clemencia, y la justicia
obrará desagraviando
mi obligación y mis iras.
Se entra á lo interior de la tienda»
Mond. Vimos, Avila.
Avil. Señor,
j juzgareis que se indemniza
mi estimación con la fuga?
Mond. No; mas juzgo que es propicia
para que la indemnicéis
estantío libre algún dia.
Avil. Pues si es así(:, yo os prometo
conseguirlo.
Ya se excita
de nuevo en mi corazón
el ardor marcial que habia
entibiado la calumnia;
Señor, disponed aprisa
de mi libertad. Mi cspadi,
en tantas lides invicta,
j cómo me abandona?
Mojí i. Presto
os sera restituida.
Avll. Pues si La veo en mi mano,
tarde volverá á lacinti,
sin que mi nobleza quede
sin borrón ó yo sin vida.
Mond. De vuestro valor lo creo.
Avil. Pero mi esposa querida
si sabe mi fuga , y ve
que me aparto de su vista
sin un á Dios de sus labios:::
Mond. Yo os he ofrecido asistirla,
j confiáis en n.i ?
Avil. Confío
en vuestras manos mis dichas.
Mond. Pues vamos, Avila.
Avil' Vamos,
que para postrar U envidia
quanta sangre hay en mis venas
he de verte este dia
Ík r la Religión. el Rey,
a patria y mi opotiiou misma,
que á tan nob.es inteieses
corto precio es una Vida. vase.
Sel-
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