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Por Don Gaspar Zavala y Zamora,
amigos
'tieso.
iTOC Ic en\ iastcis , diciendo
que rio tiene en que invertirla.
Alex. Di que si no tiene
á quien ciarla. abriendo e
Perd. Bien. A'i v. Ve aprisa.
Perdicas parte por la derecha s yl/<?~
Zandro se pm¿ d leer , Lfestuii sale
por la izquierda, se llega a Alexandro
, y cíij disimulo prouira ver el
contenido de el pliego. Alexandro lo
nota, le mira , y si^ue leyendo; pero
en disposición de que Efest ion pueda
leer también cómodamente.
Efest. Ya viene. De quien será ,
I aquel pliego? Me. holgaría
poderlo ver , porque temo
que la Princesa Kstatira
le de cuenta de mi amor.
Después de haber leido.
Encañóme, que e;. de Olimpia.
Al ex andró, luego que acaba de leer,
guarda el pliego, se quita el anillo
en que esta su sello real,y le aplica
a l aboca de Ufes don.
Señor, yo::: avergonzado.
Al ex. Viene Roxana:
Volviéndose d poner d anillo. *r
Efest. Y aun llega ya á vuestra vista,'
anegada en llanto.
Por la derecha Parmenim conduciendo
d Tribalce con prisiones , y por la
izquierda Roxana.
Parht. Aqui
N está el Sogdiano. Trib. Desdicha?,
con que ¡inage de muerte
querrá dar fin á mi vida?
Box. Señor, temerosa llego:::
Alex. Lcvadtad. l'armcnion , quita
las prisiones á Tribalce,
y vuélvele sus antiguas
armas. Rox y Trib. Dioses.
Paria. No replico.
Efest. Qué eigol Alexandro delira.
Alex. Si á Alexandro conocierais
á fondo , no csttañari lis,
Roxana , tstfl acción. Vo puedo
mas que las pasiones mias,
Señora , y prefiero siempre
mi gloria á mi gusto. Trib. Dichas,
qué o^olap.Alex. Y puesto que á Tii-
reneis la mano ofrecida, balee,
se la habéis de dar m.'ínna,
que es jíisió , y os lo snpüca
asi Alexandro. Yo os vuelvo
esa fortaleza misma
que hoy os tomé , y á ella añado
la de Corieucs, que dista
po .o de aqui , y tomar pienso
nuñuna mismo.
Vuelva d salir Parmraion con el estoque
aljaba* arco d> Tribalce , se U da,
y vuelve a partir.
Trib. Permita
vuestra modestia que el l ibio,
invicto Alexandro , imprima
en la tierra que pisáis.
Rox. Dime , qué es esto alma mía,
que como pesar recibes,
lo que anhelabas tu misma?
Qué ha de serí Honor, ahoguemos
esta pasión mal nacida;
y pues no puedo gomarla,
cuidemos de reprimirla. ajf.
Alex. Roxana , qué os enmudece?
Rax. Señorpues es maravilla
que en mi produzca este electo,
la mudmza repentina
que hallo en vos y no esperaba?
Alex. Pues yo hice ¡o que debía,
que bagáis vos vuestro deber
aguardo. Que asi resista
mi dolor! Ven , Efcstion,
huyamos, de esta enemiga.
Efest. No creo que á esta fineza, al oido
queda muy agradecida (d Alex.
Roxana. Aleje* Pues quexese,
si es que lo siente, á ella misma, vanse.
luhace* Trib. Rov.jha, á quién hoy debemos
esta inesperada dicha?
Rox. No se; pero á quién Tribalce
podremos atribuirla,
sino al grande corazOQ
de ese |oven , en quien brilla»
tan recr.iueudables prendas?
Ttfb. Qutndo crei que seri m,
hoy victimas de sus zelos,
bliestras dos amables vidas,
corona mis esperanzas,
vase.
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