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té
Mon. Sí, ya de vosotros, aun la piedad
rae es sospechosa.
i Joven Brac. He visto la generosidad , con
que defendisteis su inocencia , y vengo á
unir mis desdes á los vuestros* No lo extrañéis
, Señor ; esa infieliz es mi her-
. mana. 1
Mon. ¿ Tu hermana? ¿puedo creerlo?
Joven Brac. En el terrible instante de irla
á conducir al Templo , me revelé el cielo
este arcano. Solo es á mi manifiesto,
y solo yo debo interesarme en salvar su
vida. No lo dudéis, Señor: aquí el preocupado
padre y eí iluso hermano son
los primeros á sostener la costumbre , y
«onducir las victimas al ara. Pero yo,
por ventura , reconozco los deberes de
la sangre: late en mis venus, la amo , y
no habrá riesgo que no arrostre por salvarla
Si vuestras armas favoreciesen mis
deseos::: \ ah quan feliz ibais á hacer á
esta familia!
Moa. ¿ Como , si la tregua no rué dexa algún
recurso? ¿Podrá acaso diferirse el
£r;¿rtíicio?
Joven Brac. ¡ Ah ! nuestro feroz Bracinan
apresura el aparato , por aprovechar el
plazo que le disteis
Mon. ¿Que remedio pues, quando el Gobernador
de acuerdo con su astucia:::
Joven Bra>\ ¿Que pronunciáis, Sefior?¿El
Gobernador* iQAltsn m3S interesado en
salvar la víctima? compadeced su situación
::: El es nuestro padre.
Mon. • Uics mió!
Joven Brac.Ho es tiempo de instruiros en
nuestras desgracias. Estrechan los instantes
, y solo debemos acordar los medios
de poner en salvo á mi hermana, sin
aventurar el honor de vuestra palabra.
En un oculto lugar del Templo se encubre
la entrada á un subterráneo , que
conduce á la orilla de ¡a playa. Por él,
en otr© tiempo, libro el Bracman , ganado
por una suma considerable , á otra
viuda. Por él , á todo trance , podremos
.:: Si, compasivo Europeo, si vos
apadrinarais mi empresa , acudiendo al
subterráneo..
Mon. Yo lo ofrezco : pero es necesario
que me asegures ántes de la verdad de
rus stntinueotos, presentándome á tu
hermana. Soy ingenuo ; descontó de t?|
y de todos les Bracmanes , desde qu«
me fueron conocidas las ideas de ese
monstruo.
Jo ven Brac. Mucho se aventura en conceder
lo que pedís,porque, ni aun es Hciro á nosotros
entrar á verla, hasta el momento
de conducirla al ara j y si por desgracia
os viesen, quedaría frustrada sin rerne-
dm'nuestra halagüeña esperanza. Sin embargo
, porque no agraviéis mi sinceridad
con esa duda , convengo en exponerlo
todo por complaceros. No perdamos
instante.
Mon. Ya te sigo.
Joven Brac. Entre el concurso que ocupa todo
el recinto del Templo, podéis llegar
hasta su puerta, y seguir después con disimulo
mis pasos.
Mon. ¿Que esperas pues? ve delante. ¡Qual
t^ase el Joven Bractrtnn por la izquierda.
será mi gozo, Dios mió , si desengañado
de la verdad, logro arrancar de entre
los fieros verdugos la consternada vteti-
tíma, sin ultrajar la sana fe, ni salpicar
esas horrib'cs losas con la sangre efe unas
gentes engañadas ! Tuyo , Señor, será el
triunfo: tuya la gloria de esta empresa:
dirige tu mis pasos, y fortalece mi diestra
.
ESCENA V.
Manfion sencilla, destinada á Lanosa en
la Pagoda de ¡os Brahmanes.
Lanosa sola.
Lan. jO! ¡ que cruel inceTtiduvnbre la
de mi suerte ! Ya la codicia del Bracman
hizo despojarme de las galas con
que . fui conducida á este funesto sitio:
ya se prepara la horrorosa pompa , y
nada sé de la suerte de rtíi padre , ni
mi harmano. ¡ Ay ! que por mementos
se aIja la esperanza que me consolaba,
y vuelven á ocupar de nuevo *Ü corazón
las tristes image es del tíolor y del
despecho. Yo esperaba con tranquilidad
el faral instante quando me creía sola
en la tierra| mes hoy, que bailé lo ¿TAS
amable que hubo para mí en el mundo
,
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