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sentí esa playa. Acabará de alhaga-
ros con los dulces nombres de paz y
libertad , que os ofrece ese campo,
abandonado por el enemigo. Pero considerad
el forzoso resultado de un hecho
soez y abominable ; volvió la buena
fe, violó una sagrada tregua, y
ultrajó el respetable derecho de gentes
, en que descansa la continua de
los hombres. Quando la justa queja
del ofendido Europeo no alarme contra
vosotros todis !as naciones de la
tierra, \ no v?ndrá con todo su poder
a vendar la injuria , y castigar el
atentado i Los doloridos clamores de
los míseros , que acaso en este instante
, exhalan entre rabiosas ansias
el postrer gemido , vicrimas de
una perfidia, ¿ no armarán contra nosotros
el brazo de los diosas? ¿Y
sobre quien lanzarán el rayo? ¿ Por
ventura sobre él solo ? Esa es mi pena
, Malabares. El cometió el crimen,
por asegurar el horroroso lucro de este
sacrificio , y nosotros seremos el
objeto de sus iras , y del oprobio de
los hombres. Estas son las ventajas
que debemos á tu decantando zelo. El
Con ayre de des pecho.
adulterio de las leyes , la corrupción
de las costumbres , la usurpación de
nuestros derechos , la destruccien del
buen orden , la pérdida de nuestra
opinión, y la próxima ruina de la
Patria.
Gran Brac. Hombre audaz y perverso,
¿no temes que mi poder te confunda?
¿ No temes la indignación del ofendido
Bramma, cuya divinidad represento
I | Que es esto , pueblo indolente?
j Como oíste sus injurias?...
&ar. En vano esperas armar contra mí
sus ánimos , quando sus rostros dicen
la convicción de tus excesos.
Gran Brac. Mal conoces su rectitud
quandó tal piensas. Penetra bien la seducción
de tu discurso , y menosprecia
la debilidad de tus razones.
ESCENA V.
El Oficial Malabar por ti Templo , f
los dichos»
Oficial* Señor.
Gran Bra\ ? Que nueva traes? ¿ Se acerca
ya la vi uda?
Oficial. Ya llega : pero asombraos antes
al saoer él horroroso crimen del
infiel Ministro , que debía conducirla.
Dif. ; Híjl desventurada!
Gran Brac: Habla , ¿que esperas?
Ofi. Hallábame con !a guardia en el
sitio que ordenasteis para venirla custodiando
, quando á un lado d«l ara
principal sentí rumor, y descubrí á la
escasa luz dos bultos : acérenme á
ellos , y veo al Jóven Bracman , que
receloso , á lentos pasos , se dirigía á
lo mas retirado de este. Templo,
guiando por la mano la preparada victima
.
Gran Grac. ¿ Que dices?
Dar. Murió nuestra esperanza.
Ofi. Le sorprehendo : pregunto su Intención
, y sin vacilar nn punto me dice,
que la de salvar aquella joven.
Gran Brac. ¡Como::: ¿por donde ? ¡ Ah,
pérfido ! Sorprebendido é irritado.
Ofi- Se esfuerza en persuadirme con
lágrimas y ruegos, i que proteja su
maldad. Llamo á la guardia : arrebato
de su poder la inocente presa , y,
qual león rabioso, se arroja á los soldados
paia recobrarla. Entonces hice
asegurarle, en tanto que yo depositaba
en manos de las vírgenes la victima
, y venia á daros aviso.
Gran Brac. ¡ Alma traydora , alma vil:.:!
Ofi. Ya el himno dice , que lleg.in.
Oyendo un preludio de música , que
suena dentro del Templo.
•Gran Brac Vé, condúceme el traydor
á este sitio.
Ofi. Seréis obedecido. Vase.
Dar. \ Que cruel é inesperado accidente
!
Gran Brac. ¿ Que intriga es esta?
¿ Quanfos conspiran he y á destruir el
culto de los dioses? Dirigiendo una
mirada feroz á Dar vi.
ESCK-
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