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Ana y ¿
doleos de mi martirio !
■Pcmtl.'&i sois mi padre, y si sois
espora de la que ha dicho
qi?e es mi madre , por qué causa
habéis así de afligirnos
á las dos ? Con qué razón
queréis entrambos moriros
y dexar desamparada
á Pamela ? No habéis visto
que aun soy nina , y no podré'
ganar el sustento mió ?
Donde iria yo sin padres ?
En quién hallaría abrigo
la pobre Pamela ? Ah ¡ No.
Miradme roas compasivos
los dos. Sí, padre. Sí, madre..
arrodíllase.
De rodillas os lo pidoj
y de aquí no me levanto
mientras que no lo consigo»
Pamela se ve arrodillada euíre Ana
y Sindhám . al decir este verso corren
ú un tiempo los dos , y la. levantan
enternecidos.
Los dos-Iamada!
Pamel. Viviréis ?
Ana. Sí, mi Pamela..
Sind. Sí, hechizo
de mi corazón , que solo
tu llanto me ha conmovido...
Detesto mi ceguedad,
mi temeridad maldigo,
y me avergüenzo de verme
por tí misma reprendido.
Toma , espetó ! de mi vista.
dala rt puhal.
aparta ese basilisco
cruel , porque no me acuerde'
este execrable delito.
Vivamos ya : resistamos
la adversidad, del destino
comentes , hasta-que el cielo-
le enmiende compadecido.
Tú , Panula , pues ya sabes
quienes tus padres han sido,
procura amarles de modo
que no puedas descubrirlo.
Pamel. Pues qué es malo que yo sea
idhíím. i$
hija de usted, padre nu'o?
Todas las hijas no llaman
padre con gran regocijo
á sus padres? por qué yo'*
no he de hacer aquí lo mismo?
Sind. Porque los cielos no quieren.
Pam. No quieren ? Ah! Pues no chisto.
Sale Mauricio presuroso y como,
demudado..
Maur. Sindhám.
Los. dos. Qué traes £
Maur. Oh Dios !
Ana. Tú demudado ?.
&ind. Mauricio,
tú te agitas? qué hay ? Di presto,.
Maur. No sé si podré decirlo.
Vuestro padre ha preguntado
por vos muy enfurecido
en este instante , y sabiendo
que estabais en este sitio
tomó un puna! , y aquí viene
con todo el color perdido.
Ana. Santo Dios !
Sind. Yo tiemblo..
Maur. Presto.
r< tiraos los dos conmigo.
Ase de la mano á Sindhám y á Pamela.
que el cielo d vuestra virtud
dará su dicaz auxilio.
Sind. Yo muero, balitante los tres.
Ana. Triste de mí, con lemor.
. que de un padre enfurecido
la cólera::-Oh Dios! Ya viene..
Ana infeliee! Yo espiro,.
Sale el Mi lord sin sombrero con la
espada desmida.
Milord. Oprobio de mi JinagcV
alienta , borrón indigno
de una estirpe esclarecida,
dime : quién ha seducid©
tu corazón ? Es creíble
de tí el infame delito
de que te acusan ? Osaste
i unirte sin el permiso
de tu padre ? dilo , acabav
respo'ndeme..
Ana. Ay padre mió !
e^hándQse á sus püs*.
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