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Las Fíctlnws clel Amo?.
Yo fuera Irigraia dos teces
á quien el ser he debido
si con engaños quisiera
mitigar hoy el martirio
de tu corazón.
Mi lord. Qué dices?
Ana. Yo no debo mi destino
ocultaros mas,, señor,
yo estoy casada::-
Milord. Qué has dicho,
vil muger?
'Ana. La virtud noble
de un jo'ven::-
Milord. Podré yo oírlo
siíi arrancar á pedazos colérico.
tu corazón atrevido?
mas , sí podré, hasta que sepa
quien fué el seductor impio
de tu inocencia, porque ambos
toleréis á un tiempo mismo
im< rigores ;
donde , donde
se oculta? quién es? quién? D/lo.
'Ana. Padre::-abrazada de sus rodillas.
Milord. No me des tal nombre,
que me avergüenzo de oirlo.
Ana. Vuestra compasión merezca
esta infeliz. Mi delito::- llorosa,
Milord. Tu sangre y fa de-ese hombre
infeliz::- Dínse , en qué sitio
.le hallaré? Como se llama?
Ana. Padre , mi amor, su peligro
me instan á callarlo.
Milord. Teme
de este brazo vengativo
el golpe si no lo dices.
Amenazándola.
Sind. Yo no espero mas , Mauricio.
Queriendo salir. .
Maur. Tente.
Ana. Pues, señor , aquí
es ofrezco el pecho mió
gustosa , • abridle , saciaos
con mi sangre, si así libro
la de mi espeso.
Sale Sindhúm, Pamela y Mauricio, y
,los dos primeros se arrodillan á los pies
del Mihrd* que quedará suspendido
.
Sind. Eso no,
que he de morir yo contigo, d Ana,
Aquí tenéis el objeto
de vuestro furor rendido
á vuestros pies.
Milord. Sindhám:
Sind. Sí,
yo soy el autor impio
' de -este crimen : yo seduxe
con engaños y delirios
la joven mas virtuosa
y amable que han conocido
los mortales. Esta culpa
tan atroz , ni el cielo mismo
puede sufrirla ; y así
pase un agudo cuchillo
mi corazón, porque lave
con mi sangre este delito.
Ana. No, padre mió , no oigáis
las voces que ha sugerido
á Sindhám la dura pena
de haberos hoy ofendido:
lo6 de la naturaleza
oid no mas: los que el mismo
amor paternal os hace.
Este es Sindhám, padre mió,
esta aquella desgraciada
hija vuestra, que sin juicio
os ofendió, y esta tierna
imagen de mi delito,
cuyas gracias encantaron
vuestro corazón benigno,
triste fruto es de un amor
criminal : los tres sumisos
vuestro perdón imploramos,
señor, regando hoy activos
vuestros pies con nuestro llanto:
conccdedle compasivo,
padre, y dexad que este dulce
y tierno nombre el cariño
que os tenemos os tribute:
veréis quan reconocidos
á vuestra heroica piedad
eternamente vivimos. .
pamel. Si, eeñor, perdone usted
á mis'padres, abuelito.
Míreles con qué amargura
llorando están. Yo me aflijo
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