http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/zavala1813/0024
ap.
ap.
<*p.
también Je verles.
Milord. Pamela
mi nieta? Estoy aturdido.
Mcuir. No me atrevo á hablarle
Painel. Padre,
pues no se ha compadecido
de nosotros, vámonos;
Dios nos abrirá camino
para ganar de comer
en otra parte.
MHord. A que' risco
no ablandarán sus razones!
Solo á mí que endurecido
-coa esta afrenta he cerrado
á la piedad los oidus.
Sind. Ea , seíior , si el recuerdo
del duro oprobio que vino
por Sindhám á vuestra cas¿
os hace no oir los grito»
del amor y la ternura,
aquí está mi pecho, heridlo,
•y redima con mi sangre
la afrenta que os origino.
Sindhám morirá gustoso
si Ana recobra el perdido
derecho de vuestro amor:
restituidla benigno
vuestra ternura y yo acabe
al estrago de esos iilos.
A'Jilord. Objetos abominable»,
huid de mi vista : idos,
idos á donde jamas
vuelva á veros mi conflicto:
dexa esc lugar que tienen
tus hechee envilecido, á Ana.
y con el cómplice vil
de tu execrable delito
vive, vive ; pero lea
coa el horrible martirio
de mi eterna maldición.
'^.na. Vuestra maldición? Dios mi©!
con horror..
Yo tiemblo.
Milord. Sí, sí.
Maur. Señor:-
Milord. Aun estáis aquí?
Sind. Yo espiro.
Milord. Pero hacéis bien , que pues ya
Ana y Sindhám. ff
con Un grande honor es miic,
huyendo irá de vosoüos
para siempre mi cariño. vase.
Ana. Padre. queriéndole segu¿r*
Maur. Señora , teneos.
Ana. Sindhám.
Sind. Ana, mi carino
te hizo infeliz.
Ana. Ay esposo,
que ningún mal he sentido
hasta este instante. Esta triste
maldición::- Al repetirlo
me cubro de horror.
Maur. Señora,
no es tiempo ya de aíligiro*.
Asegurar vuestras vida*
importa. Al instante mismo
•es fuerza que os ausentéis
de esta casa , y escondido»
esperéis á que mis ruego»
mitiguen el excesivo
rigor del Milord.
Sind. A y hija!
Maur. Para estos casos se hiae
eJ valor. Los infortunios,
los contratiempos prolixos
acrisolan la constancia;
ella los venee. El peligro
le hace mayor por instante*
la debilidad. Amigo
Sindhám , ánimo , y fiemos
en el soberano auxilio.
Sind. Ay , fiel Mauricio , que son
muy fuertes y repetidos
estos golpes: mis desgracia»
no rendirían mi brio
jamas , pero las de Helia
y las de Pamela (ah digno
y leal amigo) 'traspasan
mi corazón afligido
vivamente.
Ana. Pues no , esposo:
á Ana la hallará el conílict»
siempre animosa, si en tí
mira un ánimo tranquilo;
y mi Pamela adorada
con sus gracias dará alivw
á tu quebranto.
c
http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/zavala1813/0024