http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/zavala1813/0040
Ana y
Pamel.Y mi madre ?
Ana. Aquí , hija mia,
te espero.
Parnel. No me dcxeis,
si deseáis que yo viva.
vase con Ricardo.
Ana. Ahora , ahora pesares
es oeasiun propicia
de que exerzais unidos
en mí vuestra impiedad y tiraaia.
Ahora que mi alma
tan postrada se mira
podrán vuestros rigores
á vuestro imperio bárbaro rendirla.
Ahora que yo propia
aborrezco mi vida,
podéis lograr el triunfo
que quando yo la amaba apetecíais.
No, no os durmáis, pesares,
venid , maladnie aprisa;
que pues murió mi dueño,
vitfir no pUede quien por él vivia.
Cielo inhumano , cielo,
que de mi bien me privas,
vuélvemele , ó acaba
también el bien,que por mi bientenia.
Ojos tristes; que un tiempo
visteis con alegría
la luz del sol, huid de ella,
pues os falto' la luz con que veíais.
Corazón , tú que lino
quisistes algún dia,
aborrécelo todo,
pues te íaltd el objeto que querías.
Camina llorosa ó Sindhám, y se sienta
junto á él.
Y tú , joven amable,
que fuiste mi delicia
el venturoso tiempo
que enamorado y liel te poseía^
tú que sacriíicastes
esa preciosa vida
al odio de un tirano,
y al amor de una esposa , y una hija,
admite en recompensa
de tu fineza digna
las lágrimas acerbas
con que riegan mis ojos tus cenizas.
33
Sindhám.
Recibe los suspiros
que el corazón te envia,
mientras quiere mi pena
que acompañe á Ja tuya ei alma mia.
Ase las manos, y se las besa con
ternura.
En estas yertas manos
■con que veces distintas
me mostrabas un tiempo
aquella fe y amor que me tenias.
En estas mismas manos,
que yo besar solía
con la mas pura llama
que amor enciende y la vir ti:d aviva,
te juro , esposo , que antes
criará el cielo espinal
y el campo estrellas puras,
que se vean sin llanto mis mexillas;
antes incendios vivos
darán las aguas frías,
y del piélago inmenso
serán contadas las arenas mismas,
que el placer en ¡ui alma
halle grata acogida,
ni de mi pecho falten
el amor , el dolor y la fatiga.
Y si aun así no se halla
tu fe correspondida,
pagada tu finesa,
y satisfecha tu pasión activaj
desde el celeste Alcázar,
donde tu alma habita,
sal á ver la amargura
con que una esposa que teamfjseimra.
Sal á ver (oh Pajuela!)
como (á Dios amada hija,)
sobre tu ciado cuerpo
el mismo amor toaba ya mi vida.
Dexa caer el rostro sobre el pecho de
Sindhám como naicrta , ptf la izquierda
sale. Pamela con tintero
y paptL
Paniel. Madre , madre. Sí se habrá
quedado ahora dormida?
se xa olsairecitndo ti teatro.
Voy á verlo. O padie n.io,
se ¡lena á yltiu.
y qué peco vuestra hija
http://dl.ub.uni-freiburg.de/diglit/zavala1813/0040