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Comedia e
. mones para convencerle, y que aprobara
m¡ elección. Si , querido Jen-
waL... {Abren la puerta )
Jenv. La puerta abrieron. ( Mirando
con sobresalto adentro y sentándose
al.hu/ete.)
Faust. Tranquilízate , y no me martirices
mas con ese roitr.> abatido.
ESCENA III.
Vangrey y Dar moni por una puerta,
Enriqueta por la otra , Jeuival sen-,
tado a su bu/ete , y J'ausíina-
D.arm. Faustina. , te vengo á dar un
nuevp testimonio de mi cariño, (Saludándose
mutuamente Vangrey y
Faitstiha.) y del develo que me
cuenta tu establecimiento. El Cabañero
Vangrey acaba de pedirme tu mano.
Jenv. A y Dios!
/■'.///¿/.Infeliz!
Darm. Su familia es de las mas ilustres
de Bristol.
Vatig. Cómo de Bristol? y aun de todo
el globo terráqueo. Atn es una chilindrina
el escudo de mis armas. Cuatro
cuarteles, primero y cuarto al campo
de gules, un becerro ch* oro con cuerno
^ de plata ; y el segundo y teiceto
simples, un mochuelo de plata , orla
de oro, y ocho ubj$pa,s , tres en gefe,
dos en contado , y tres en punta ; suportado
Je dos faunos , carnación,
con mantos de piel de oso , sembrados
de ubanosvde oro, por timbre
un camello, y este mote: »(Jomo
yo ninguno."
Enrii]. V e n verdad que no lia mentido
ei mote.
Darm. Soberbias armas, hija. Si llegan
a eniazarse con ellas la* nuestras, po
caben sus buiHH.eb en un lienzo como
la fachada del palacio del Obispo. Sus
caudaie' , como yo manejo mucha
parte de ellos , se que son medianos
.'' Su sabiduría es tan universal, es
v tün pr< funda, que no hay quien no
la aomiie en todo el Reyno.
V¿vig. Algunos intentan obscurecerla con
sátiras insulsas : pero dice Pitágoras:
que muchos .son envidiados por su sabiduría
. Peor fuera que todos me elo-
itres actos. £
guiar, , pues dice E!¡ano , que un
maestro de música castigó á un discípulo
, después de haber tocado la
flauta con general aplauso , dicién-
dole: » Mal tocaste la-fhma, porque
si no fuera así, no te aplaudieran ro-
do<." Hablan , increpan , satirizan..
Pero el sabio debe hacer.lo que la duna
, que no interrumpe su,curso, por
ma< que la ladren los perrica. Y en
fin: Justum y ac teuacem , proposi-
ti virum , &c. dijo* Horacio.
Darm. Yo no lo entiendo ; pero dijo
muy bien ese Caball ero. ■ O qué f ei iz
jas á ser con un esposo tan sabio ! El
dirigirá tus operaciones: él te enseñara
á ser madre*«r , felmnJi jv : o
Vnng. O! eso sj , j)eo /avente.
Darm. Y te instruirá en aquellas cosas,
que yo no te enseñé por no saberlas.
Vang.. Seréis en poco tiempo á mi lado
Id admiración délos hombres.
j\mst. Y yo podré subir por toda una
vicia á ese insensato ?
Vaug.Con esto, y el claro discernimiento
que os imbuirá mi delicado Ginerio
de los Inconoclustas y. Btouni tas,
Wiklclistas y VViquitarios, vendrán
á ser para vos niñas de mantilhs Clea,
Sosipatra, Diotina , Antusa , Cleo-
bulina, A^pusia y Anacomena.
Enriq. Y diga Vmd. señor Vangrey,
se comen esas cosas? i
Vang. Qué han de comerse , inepta ?
Podas esas fueron filosofas de la anti-
gü.dad.
Enriij. Y sabían todas esas cosas?
Vang. Y otras muchtis.
Euriq, P¿ro no salnian coser ,,n¡ aplanchar
, ni nada de lo ique sabemos por
acá? ' )
Darm. Te parece que se daba entonces
Una educación tan ordinaria?
Enriq. Caramba lo que si nto ya no
haber .aprendido á filósofo. Conque
diga V m. lob maridos de .«sus como
Vm. las ha' Humado', tendrían que
guisar y que coser, y todo lo demás
que se hace en las casas: pues , según
dicen, los filósofos y filósofas eran
pobres, y no tendrían criados?
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