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CerneJía en
Ies fue aquel vínculo fteopémblé.
Qué ventura , pues deberán esperar
aquellos , que una el interés , el capricho
, la razón Je estado , ó la fuerza
P No es preciso que se miren con
mutuo horror? que les sea odiosa la
vida ; y que maldigan sin ce ar la mano
que les arrastró hasta el templo ?
Conozco la justa dependencia que la
naturaleza nos mandó tener á la voluntad
de nuestros padres: confieso la
obediencia que debemos tributarle ;
pero no comprendo , cómo pueda extenderse
hasta recibir de su mano
nue-tra desgracia eterna. Si las leyes
sostienen este ilimitado derecho en
los padres , ó son injustas , ó no es
el matrimonio como todos le definen.
D.vvi. Las leyes le apoyan , sí señora;
y en materia alguna son mas justas y
mas sabias. Quería Vm. que conociendo
nuestros Legisladores el poco
juicio de los mozuelos y mozuclas,
no evitasen sus calaveradas , con el
freno de esta dependencia ? Cuántas
familias hubieran quedado cubiertas
de oprobio, por sus casamiento; desproporcionados
, si se les dejara voluntad
propia ? Diga V"m. señora
Doctora ?
FaUsK Y á cuántas criaturas han hecho
infelices esas leyes , en la época terrible
deesa depende icia? Que reprobá-
ran un enlace , capaz por su desproporción
de influir en la desgracia del
joven , que pensara contraerle, sería
muy laudable : pero que autoricen
la tiranía, con que un padre sa1-
crilica la felicidad del hijo , casándole
á disgusto , por antojo, ó por odiosas
miras de esplendor ú de riqueza,
jamás llegaré á aplaudirlo. Yo aborrezco
á Vangrey : supongo que no
tengo motivos para ello: que sus cualidades
sean apreciabfes - que puedan
hacerme venturosa: quién me asegura
que he de vencer esta aversion^'&aw-
do me vea unida á é! ? Doy que por
complaceros lle;;o al pie del ara : allí
debo jurar á mi esposo amor y fe: no
es verdad, padtc 'í Y cómo, si ni 1¿
tres actos* £
tengo amor, ni sé si tendré virtud
para guardarle aquella fe? Me preguntarán
, si le recibe mi voluntad
por esposo : cómo he de decir que sí,
si le recibo por fuerza? Mi obediencia
á un padre, que así lo quiere,
pronunciará el sí , y engañaré á los
que lo oyeren, como lo hicieron otras;
pero será legítimo este lazo ? tendrán
valor estas leyes para alterar el constitutivo
de este Sacramento? Quiero
quedarme con la duda, y me supongo
ya casada con Vangrey. Sus
cualidades ít presentan á mis ojos,
con diferente aspecto que á los vuestros
: crece la aversim que \é tengo:
lamento sin cesar mi suerte : vivo atormentada
: huye la paz de mi a!m t para
siempre , y a! rin muero rabiando,
víctima de vuestro gusto , y mi obediencia
: ¿ sufriréis vos este tri te resultado
? me indemnizareis á mí de c!,
cuando hubiereis conocido vuestro
error? A y padre mió! si esas leyec,
que os dan una autoridad tan Hlihua*
da, os sujetáran á padecer las consecuencias
de vuestra elección , no habría
uno que no la renunciara. Aquí
me reneis pronta á complaceros 1 pero
reflexionad primero las razones que
os exp ngo: y si no bastaren á convenceros
, vamos cuando gustéis al
templo ; que yo besaré la mano que
firmó mi muerte , y tributaré un respeto
involuntario á las inicuas leyes,
que firmaron la sentencia. ( Parts,
naciendo un humilde acatamiento
4 Darmont.)
ESCENA V.
Darmont, y poco des pues Enriqueta.
Darm. Charlatanerías; y habrá quedado
muy pagada de su arenga: son
insufribles e-tas mocosas, en llegando
á leer cuatro nóvelas.
Enria.Quc diablosiiableis hecho á Faus-
tina, que se ha encerrado en su cuarto
, llorando amargamente?
Varm. Lo que tú , y otras muchas, me
hubierais agradecido. Darla un marido
noble,"rico , y sabio por naturaleza
.
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