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masiado roble su Vma , para apro
bar en mí tan horrorosa ingratitud á
nnerrro bienhechor. Le he perdido
para siempre ; no hay remedia.
Jenv. Aquí está ya , señor : y veo
que resulta de él el alcance mismo
que os he dado. Consolaos ; pues
aunque vuestra pérdida es grande, no
creo necesario dar al publico la quiebra
, y perder vnestro concepto.
Jenwal.y Faustina.
vi;e-ft,a rslma en vez de maldecir mi
memoria: y vivid asegurados, de
• que , en cuanto mi situación lo permitiere
, os acreditará su gratitud,
su amor y su respeto el desgraciado
Jenwal. ( Partiendo penetrado de
dolor.)
Faust. Jenwal, Jenwal. {Arrebatada
de su sentimiento-, corre a detenerle
.)
Vangrey no ha de estrecharos al pa- Darm. Qué haces loca? Querrás tal vez
go de u capital, yendo á unirse á ir en su busco?
vuestra hija: pa^a cubrir el total, que Fausí. No señor: pero no puedo me-
debe obrar en vueuro poder , de al
gui o particulares , y sati-facer, las
leseas yi aceptadas, con menos de
cien mil übras que busquéis bajo cualquier
pretexto , entre vmstros amigos
, podéis ocultar este fracaso , sin
interrumpir vuestro giro. Lo que imperta
es , no retardar el remedio,
pues si se trasciende vue.-tra quiebra,
no hallareis en el comercio quien os
preste una guinea. Nada de lo que pusisteis
á mi cargo está por concluir: todo
os lo dejo claro y corriente , que
no es corta ventaja en el infortunio
actúa!. Le siento quizá tanto como
vos: vr lo siento mas porque no está
en mi mano el remediarle. Acaso no
me creeréis ; pero el tiempo acreditará
tal vez esta verdad, mostrando
la pureza de mis sentimientos. A
Dios , amable Faustina : no tengo
que recordar ^s vuestro deber , pues
siempre la virtud regló vuestra conducta
. Cometí en amaros un crimen,
y ya me le castiga e¡ desrino , separándome
de>una ca^a, que fue el asilo
de mi hovfandad , el escude de
mis desgracias , y el lugar de mi descanso
. Me aleja de mi segundo padre,
y me auarta para uempre de vos,
que erais mi único bien y mi delinos
de sentir el verle salir tan ignominiosamente
de esta ca^a. No merecían
este pago sus desvelos.
Darm. Sí, no se desvelaba mal el canalla
; y si yo me descuido....
Faust. Cnánto agraviáis su juicio, y su
modestia! Es pobre , y esees su delito.
Darm. Tú eres una mocosa, y no conoces
al inundo.üabiás quedado muy
pagada de su arenga, y aun te habrán
enternecido sus promesas? Pues
sabe, que todo es apariencia: y que
si yo no le hubiera despedido , se
despidiera él al verme arruinado.
Faust. No tal creáis, padre mia.
Darm. Defiéndele , mentecata. Qué fácilmente
os alucina cualquier mozal-
vete , con cuatro zalamerías! Estarás
tú muy creída, de que el trastue-
lo se moria por tí , eh ? Por tu dore,
es por quien se moria : seguro está,
que él te viniera a buscar, si te vie-
- ra pobre. Verás, verás lo qne tarda
en enviar por su equipage, y los salarios
que le debo.
ESCKNA VI.
Darmont, Faustina , y Enriqueta.
Enriq. Pobre Jenwal! demasiado bien
se ha poitado , para lo que hizo con
él el
viejo
Darm. Qué traes tú ?
cía : pudiera darme acaso mayor pe- Enriq. Viejo mas regañón que Vm....
na? Perdonadme esta confusión, se- Darm. Ni camarera mas desvergonza-
ñor : amé á Fausuna, porque e tuvo da , que tú....
en mí el amada ; pero no lo estuvo Enriq. Estáis insufrib'e.
el nacer Soberano de la tierra, para Darm. Üí que quieres , ó vete; que no
poner á sus pies la Real diadema. estoy para platicas inútiles.
Compadecedme en lo interior de Enriq. Jenwal Se marchó ahora.
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